Fotografía hecha en el precioso casco antiguo de Olhão (Portugal) , de origen árabe. Al entrar en el, da la sensación de ser como concha cerrada, hermético, pero una vez dentro, comparte contigo la perla que contiene, sus multicolores ventanas centenarias, sus suaves y brillantes adoquines, laberinto de callejones que parecen reproducirse al ritmo de tus pasos. La brisa, que del mar llega, es caricia maternal para sus descarnados muros. Cada esquina guarda un misterio, como esta de la fotografía, pintura rupestre de nuestros días en óleo de barro.
Verdaderamente bonito y curiosa, sigue asi artista.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, amigo/a anonimo/a, anima un monton que te gusten mis fotos, un fuerte abrazo abrazo
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